lunes, 23 de agosto de 2010

Brett Favre, el eterno capitán

A unos días de que arranque la temporada 2010 del futbol americano profesional de la NFL, un viejo nombre vuelve a retumbar en los megáfonos, uno que es tan conocido que es ya un ícono dentro de este deporte y que por si fuera poco es uno de los pocos que puede decir que es una leyenda viviente: Brett Favre.
La pretemporada de la NFL comenzó con la ya repetitiva telenovela sobre el retiro (o no) del mariscal de campo de los Vikingos de Minnesota, quien de último momento decidió que jugaría una temporada más, la vigésima de su carrera y segunda con las huestes de las Ciudades Gemelas.
Favre es sin duda una marca registrada dentro de la liga profesional mejor organizada del mundo y es el único jugador capaz de poner de cabeza a cada aficionado, de cualquier equipo con sus decisiones.
Esto sin embargo, no es gratuito, El Capitán Brett se ha ganado ese prestigio dentro del terreno de juego al ser la bujía de los equipos por los que ha deambulado, salvo por los Halcones de Atlanta con quienes debutó sin que pasara nada en absoluto con él.
Su llegada en 1992 a los Empacadores de Green Bay para su segunda temporada como profesional, inició la transformación de una franquicia legendaria, pero con poca suerte en más de 30 años, en una de las más temibles y triunfadoras en los últimos años.
Ahí se mantuvo hasta 2008 cuando emigró a los Jets de Nueva York, donde estuvo un año para emigrar al que fuera su acérrimo rival en sus épocas en la Bahía Verde, los Vikingos de Minnesota, equipo en el que de inmediato se echó al hombro para transformarse en pieza fundamental de su engranaje.
Hoy, marcas como la de 285 partidos iniciados como titular de forma consecutiva (aún en marcha) o la búsqueda de las 70 mil yardas por aire pasa a segundo término cuando se piensa en lo mucho que el deporte profesional necesita de leyendas de la talla de Brett Favre y su liderazgo a toda prueba.

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