En la carrera de los deportistas profesionales existe un imponderable con el cual deben convivir casi todo el tiempo y las cuales tratan de evitar a toda costa: las lesiones.
Lo más normal en la carrera de los atletas es que éstas se den dentro de sus campos de acción o bien, mientras entrenan, sin embargo, existen lastimaduras que se dan de las maneras más inverosímiles que uno pueda imaginar.
Recientemente la tenista estadounidense Serena Williams tuvo que ausentarse del Abierto de los Estados Unidos debido a una cortada en el pie, la cual se causó con un vaso de cristal que se le rompió mientras cenaba en casa.
Hace poco más de un mes el lanzador de los Padres de San Diego, Mat Latos, tuvo que ser colocado en la lista de lesionados cuando se lastimó las costillas al aguantarse un estornudo. En ese mismo tenor, hace unos años, el hoy ex pelotero Sammy Sosa, se lastimó la espalda por estornudar demasiado fuerte.
También es sabida la lesión del legendario beisbolista Wade Boggs, que se torció la espalda al calzarse unas botas vaqueras, o bien los casos de jugadores que han sufrido lesiones como contracturas musculares o costillas rotas al vomitar la comida de los aviones.
Aunque entre los peloteros, a últimas fechas, el caso más absurdo de lesiones se lo llevó el lanzador de origen mexicano de los Tigres de Detroit, Joel Zumaya, quien sufrió un esguince mientras se divertía con el videojuego Guitar Hero.
Existen casos como el del futbolista mexicano Rafael Márquez, quien alguna vez se desgarró al estirarse demasiado luego de una noche de sueño, o bien el del ex portero del Manchester United, Alex Stepney, quien en una ocasión le gritó tan fuerte a sus compañeros, que se dislocó la mandíbula.
Accidentes caseros o bien otros durante los festejos de una anotación, suelen ocurrir, aunque no hay receta alguna para cuidarse de ellas. Por ejemplo, el piloto de NASCAR Jimmy Johnson se sube a su bólido perfectamente protegido, pero jamás contó con que se caería de un carrito de golf y se fracturaría el brazo.
O bien, casos de jugadores de futbol americano, como el ex mariscal de campo Gus Frerotte, quien alguna vez estrelló su cabeza (con todo y casco) contra un muro para celebrar una anotación y ganó una conmoción cerebral. Aunque la fractura de tobillo al saltar para celebrar un gol de campo del ex pateador Martín Gramática, se lleva las palmas.
Casos como el primero, el de Serena Williams, ya habían ocurrido, pues previo al Mundial de Futbol de 2002, el entonces portero de la Selección española, Santiago Cañizares vivió una situación similar al caérsele un frasco de loción y provocarle una cortada que lo dejaría fuera de la competencia.
A final de cuentas, la mayoría de estas lastimaduras parecen chuscas, aunque han existido casos de otras que terminan en tragedia, por lo que no cabe duda que los momentos desagradables que cambien la carrera de un deportista se pueden dar en cualquier momento y lugar.
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